miércoles, 2 de mayo de 2012

JESUSCRISTO LE SALVÓ DE 27 AÑOS DE HOMOXESUALIDAD



¿Acaso habrá algo imposible para nuestro Dios?

 Es por eso que él vino a morir y a dar su vida por nosotros los pecadores, no a condenarnos sino ha salvarnos, y para libertarnos de nuestra esclavitud del pecado, y darnos su naturaleza santa creada según Dios en justicia y santidad de la verdad.

Jesucristo me Salvó de 27 Años de Homosexualidad.

David Upton

Mi nombre David, tengo 44 años, y este es el testimonio de cómo Jesucristo me salvó de 27 años de homosexualidad. Hablo estas cosas en amor, no en odio. Hablo estas cosas como alguien que ha estado ahí, que sabe cómo es, quien sabe cómo es vivir en eso (homosexualidad), que sabe lo desesperado que es.

 Seguro, tú puedes disfrutar tu vida, puedes disfrutar aspectos de tu vida, puedes disfrutar los aspectos sexuales de ella, el alcohol, lo que tiene, pero en realidad no hay gozo permanente en ello. 

Eventualmente se va y tienes que hacer más, tienes que buscar más. Así que te pido que busques por el amor real, el gozo real, la satisfacción real que solo puede ser encontrada en estar bien con Dios a través de Cristo, a través de la obra de Cristo en la Cruz.

Así que, hablo estas cosas con amor, no con odio. No hablo estas cosas en juicio; no estoy juzgando a nadie, sólo te estoy diciendo lo que la Palabra de Dios dice. La palabra de Dios es lo que nos va a juzgar. De hecho, la Palabra de Dios es la que dice que todas estas cosas están mal, sólo le digo a la gente lo que la Palabra de Dios dice. Como alguien me lo debió haber dicho.

Mi amigo que intentó decírmelo, lo intentó hacer de la forma más agradable, en una forma Cristiana, que estaba viviendo en un estilo de vida que era contrario a lo que Dios quería, no solo en mi orientación sexual, sino en cualquier otro aspecto.
                                      
 Él (mi amigo) supo que verdaderamente yo no era Cristiano.

Así que hablo estas cosas en amor y oro por tu alma, y oro para que recibas estas cosas, y para que clames al Señor que te salve, y que te haga una nueva criatura, porque él es poderoso
para salvar y lo hará.

Cuando llegué a mi adolescencia, dejamos de ir prácticamente del todo (a la iglesia), mis padres empezaron a tener  problemas, y eventualmente se divorciaron. Y algún tiempo después mi mamá se volvió a casar después de que se volvió a casar, empezamos a ir otra vez a la iglesia y recuerdo que estaba algo alegre por estar yendo de nuevo a la iglesia, pero todo era
superficial. Escuchaba los himnos y me ponía emocional y por esa época mis amigos empezaron a pasar al frente y hacer profesiones de fe. 

Así que, un domingo fui movido por los sentimientos y por la música y por lo que mis amigos habían hecho y pasé al frente e hice una decisión por Cristo.

Realmente no sabía lo que estaba haciendo ni entendía lo que realmente estaba sucediendo. 

Sólo supe que algo estaba mal. Todos mis amigos lo habían hecho así que me sentí obligado a hacerlo. Caminé hacia el frente y me senté en el banco del frente y el diácono vino y me dijo que necesitaba aceptar a Jesús en mi corazón y me dijo que repitiera esta oración. Y repetí la oración y recuerdo haber pensado tú sabes, "¿eso es todo lo que hay?”

 La próxima cosa que supe, fue que él me estaba dando palmadas en la espalda y parándome enfrente de la congregación y diciendo que yo era salvo. Todos me felicitaron a la salida, y salimos y nos fuimos a almorzar, pero salí tan perdido como cuando entré. 

Alrededor de dos semanas después estaba tan perdido como cuando me bauticé, porque nunca entendí realmente lo que estaba siendo, nunca entendí las doctrinas de la gracia y la misericordia.

Viví una falsa vida Cristiana por un tiempo, tenía la máscara Cristiana que me ponía y pretendía ser religioso.

 Probablemente tenía unos 16 años e inclusive en ese entonces, los deseos pecaminosos dentro de mí estaban creciendo. De hecho puedo recordarme estando en la iglesia y teniendo pensamientos pecaminosos acerca de otras personas allí y otros chicos de mi edad y recuerdo diciéndome a mí mismo, "Ah, esos pensamientos se irán, desaparecerán", pero aun así crecieron cada vez peor. Estoy seguro de que en ese mismo año cuando estaba saliendo de los 16, teniendo 16, dormí con el primer hombre con el que tuve la oportunidad. 

Recuerdo estar al principio muy avergonzado y repulsivo por lo que había hecho pero todavía esta naturaleza pecaminosa en mí estaba satisfecha en el placer del pecado mismo.

El tiempo pasó y me volví más cómodo con esto y solo recuerdo que pensaba que era natural, que era normal, que solo estaba haciendo algo… 

Sentí esa culpa porque estaba haciendo algo que no debí haber hecho a esa edad, pero realmente era porque estaba haciendo algo en contra de Dios, de ahí era de donde venía la culpa.

Mucho tiempo antes había conseguido un trabajo y empecé a revelarme en contra de mis padres casi de todas las formas que podía. 

Empecé a consumir drogas y alcohol y se enteraron en el trabajo. Quería intentar hacer tanto como fuera posible como adolescente y vivir tanto como pudiera y revelarme en contra de mis padres sin realmente tener que revelarme ni salir de casa. 

Eventualmente mis padres me echaron fuera de la casa, tuvimos una gran pelea y terminé abandonando la casa.

 Intenté limpiarme a mí mismo un poco después de eso, porque era duro tratar de vivir por mí mismo, así que intenté y limpiarme y pensé "Bueno, me uniré a la Marina", lo cual siempre había sido mi sueño, estar en la Marina, quería ser un marinero.

Me enlisté en el campo de entrenamiento y tan pronto como me alejé de mis padres, eso fue como agregarle de gasolina al fuego, mi pecado realmente despegó. 

Tenía un ingreso, no tenía padres a los cuales responder, sólo tenía que responder al "Tío Sam" y estaba expuesto en California a toda clase de pecados. No tomó mucho humo antes de que me metiera problemas por mis pecados. 

Mis pecados, todos ellos, la bebida, las drogas, el sexo, me metieron en un estado en donde tuve que ir al hospital. En el hospital me hicieron varios exámenes y uno de ellos era un examen de drogas. Y descubrieron casi todo mi historial de abuso de drogas hasta ese momento y también en ese momento mis pecados sexuales salieron y estaba prohibido en la Marina  ser un homosexual.

 Al cabo de unos pocos meses mi gran sueño de estar en la Marina como carrera se fue. Así que no tenía más que hacer sino seguir a mis amigos gay de esa época, eran canadienses y estaban viviendo en los Estados Unidos pero iban a volver a Canadá. Así que los seguí y abandoné a mis padres, No les dije adónde iba, solo los abandoné y me fui.

Cerca de dos años viví ahí en Canadá y no les dije a mis padres dónde estaba. Ni siquiera los contacté, todo lo que sabían era que estaba muerto en algún lugar. Y recuerdo épocas en las
cuales me deprimía mucho y pensaba, Tú sabes"¿hay algo más en la vida que beber, drogarse y este pecado?" 

Estaba en una fiesta y todos estaban adentro y estaban bebiendo y haciendo toda clase de cosas. Yo estaba afuera en el patio de la terraza, estaba tan cansado de pelear en la vida y cansado de todo, estaba tan asqueado de mí mismo que quería suicidarme y me dije a mí mismo, "Tan sólo podría saltar por el balcón" y 22 historias después, 23 historias después, estaría muerto y no habría nada más.

 Así que, decidí que lo iba a hacer y realmente lo iba a hacer, sentí en mi corazón que estaba cansado de todo. Así que me paré en el borde e iba saltar, y justo antes de que pusiera mi pierna en el borde, recuerdo estos pensamientos que vinieron de la nada, y uno de los pensamientos era, "Siempre hay esperanza en Dios." y necesitaba encontrar a Dios para encontrar esa esperanza. 

Después, el siguiente gran pensamiento que me golpeó fue que no podía hacerlo porque estaba mal, era un pecado acabar con una vida, inclusive con mi propia vida. Luego, el último pensamiento que recuerdo haber pensado fue que no podía deshonrar a mis padres de esa manera.

 Lloré un poco más y terminé alejándome del borde y dejando la fiesta, y de hecho nunca más volví a ver a la mayoría de esas personas. Continué viviendo mi vida, aunque bebiendo y en el alcohol, realmente no me limpié. Lo intenté, pero realmente no funcionó. 

Eventualmente dejé Canadá y volví a casa, fui atrapado trabajando ilegalmente en Canadá y fui enviado de vuelta a Texas. Recuerdo que cuando volví a Texas, al principio todo estaba bien, estaba alegre de estar rodeado de mi familia y todo eso, pero entonces empecé a sentirme culpable por mi estilo de vida y mi bebida y todas las cosas que estaba haciendo. 

Tenía muchas ansias de alejarme de ellos de nuevo, así que mi compañero sentimental en esa época estaba siendo transferido, dijo como, "Vámonos a California."

 Y salté a la oportunidad de correr, de alejarme de ellos pensando que me iba hacer sentir mejor, que podía vivir mi vida como quisiera. Así que nos fuimos para California. En California las cosas no mejoraron para nada, no era una persona diferente, tan sólo era la misma persona que siempre fui. Sólo con un poco más de dinero ahora, tenía un trabajo decente. Hice toda clase de cosas que no había hecho antes, Continué hundiéndome en mi pecado y haciendo cosas más graves.

Recuerdo haber pensado, "Si tan solo pruebo estas otras cosas seré feliz." Que eso me haría feliz, que eso me llenaría, que estaría en paz. Nunca estuve en paz con quien yo realmente era, siempre había una parte muy adentro de mí que yo sabía que no estaba bien, pero todavía quería perseguirla, era en quien me había convertido. 

Continué drogándome y bebiendo y finalmente me puse muy enfermo, me dejé deshidratar muy mal y acabé pasando la víspera de año nuevo en el hospital, con suero intravenoso, siendo rehidratado, y no me di cuenta, pero en aquel entonces tenía neumonía y dejé el hospital, me fui, estaba realmente enfermo. 

Rehidratarme meayudó a mejorarme por un poco, pero eventualmente la neumonía me alcanzó y terminó mandándome de vuelta al hospital. Y recuerdo a mi compañero llevándome al hospital y la siguiente cosa que supe, es que era el día siguiente y la doctora estaba entrando y me estaba hablando y dijo que yo tenía el peor caso de doble neumonía que había visto y que estaba gravemente deshidratado y que si no me hubiesen internado, hubiese muerto.

 Y tan sólo recuerdo, estar agradecido con Dios pero también recuerdo haber pensado, "Bueno, soy muy joven, hay muchas cosas que no hecho, muchos pecados que no he disfrutado." Entonces mientras estaba en el hospital por los próximos días recuperándome, quiero decir, estaba agradecido con Dios, le dije gracias, pero no de la manera más seria ni sincera. Estaba agradecido de que tenía otra oportunidad de ir y cometer pecados en contra de Dios pecados en contra de Cristo. 

Así que cuando estaba en hospital, planeé y tracé lo que iba a hacer primero, cómo iba a cumplir mis deseos lujuriosos. Y por supuesto, tan pronto como puede, eso fue lo que hice. Salí y viví para la lujuria, viví para la bebida, viví para las drogas. Al poco tiempo estaba de vuelta en ese estado de depresión otra vez. 

Bueno, en esa época empecé a ir a una casa de acción política y allí había un amigo que era un Cristiano, y me preguntó si yo era Cristiano y le dije, "Ah sí, soy Cristiano. Lo he sido desde que tenía 16 años." Y él me preguntó cuál era la historia de mi conversión y creo que mis palabras exactas fueron, "¿Qué es eso?" Realmente no tenía idea de lo que él estaba hablando y él dijo, "Es la historia de cómo Dios te salvó." 

 Así que le conté la historia de cuando caminé por el pasillo de la iglesia. Más bien parecía no estar impresionado y no pareció que lo hubiese creído y me preguntó algunas preguntas y después de eso sintió que yo estaba un poco irritado, así que se alejó, no antes sin decirme que realmente creía que yo no era Cristiano.

 Él sabía de mi estilo de vida, él sabía que yo era homosexual, y estaba tratando de amablemente mostrarme que yo no podría vivir en ese estilo de vida y ser un hijo de Dios. Yo no entendía eso, mis ojos estaban enceguecidos por el demonio.

 Estaba viviendo en injusticia y estaba suprimiendo la verdad, como dice en la Biblia. 

Empecé escuchar el programa de radio conducido por Todd Friel. Y recuerdo haber pensado mientras los escuchaba hablar, él estaba diciendo algo acerca la gente que no estaba de acuerdo con la Biblia, usualmente tenían una mala opinión de la Escritura.

 Así que eso me puso a pensar, "Bueno, realmente no tengo una buena opinión de la Escritura." Escogía lo que quería creer de ella.

Quería creer que era un hijo de Dios pero aun así vivía un estilo de vida que era completamente contrario a lo que él pedía. Había cometido prácticamente todos los pecados que existen. Había robado, había mentido, probablemente decía 50 mentiras al día y nunca me molestó.

 Me drogaba, vivía en lujuria, fornicaba, hacía estas cosas que eran contrarias a lo que un verdadero Cristiano debería hacer. Empecé a prestar más atención al programa de radio y él estaba enseñando y comparando lo que yo creía que era verdad, a lo que la Biblia decía.

 Empecé a leer la Biblia. Y descubrí que ninguna de mis creencias si igualaban con lo que la Biblia decía, excepto que Jesucristo había muerto en la cruz. Esa era la única cosa que realmente se igualaba a lo que yo creía. Me di cuenta de que tenía un dios aquí arriba por el que estaba viviendo, un dios que estaba de acuerdo con mis pecados. 

Como dice en 1ª de Corintios 6 versos 9 y 10, hay multitudes de pecados. No estoy tratando de insistir sólo en la homosexualidad. Cada pecado nos separará de Dios. Cada pecado nos condenará a una eternidad en el infierno. Eso nos demuestra cuán santo es Dios. A veces para nosotros es difícil entender cuán santo es Dios.

Bueno, dale la vuelta y mira lo que hice la Palabra de Dios, pero míralo desde atrás. Una eternidad, la eternidad de un alma en el infierno pagando para siempre. Castigo y tormento pagarán la ira de Dios, pagarán la multa en contra de un Dios Santo. Así es cuán santo es Dios.

Él es infinitamente santo, más de lo que ponemos entender. Es solo la justicia de Cristo la que va a salvarnos de esa condenación, eso es lo que nos va a salvar. Fue por esa misma época que mi compañero de ese tiempo, quien conocía que yo profesaba ser Cristiano, él estaba de acuerdo con ello, fue por aquella época cuando realmente comencé a leer la Biblia y a prestar más atención a la Escritura y a compararme a lo que la Biblia decía. 

Fue entonces cuando él empezó a sentirse realmente amenazado por todo este asunto. Él peleó contra mí por estudiar y leer la Biblia. De hecho, en algún punto se volvió verbalmente abusivo y empezó a llamarme por todos estos nombres y empezó a hablar acerca de los Cristianos e inclusive a hablar acerca de Cristo. 

Y recuerdo que cuando habló acerca de Cristo, recuerdo algo dentro de mí que sintió dolor por lo mal que estuvo. Sabía que él estaba blasfemando al Señor, quién nos dio a todos la vida.

 Así que estaba sentado, escribiendo sus palabras y lo poco que sé, fue que el Señor iba a usar eso para verdaderamente abrir mis ojos a la verdad de su Palabra. Así que me mantuve estudiando su Palabra y escuchando el programa de radio. Y me di cuenta de que yo realmente estaba viviendo esta vida para mí, no para Dios. Realmente nunca había sido un Cristiano. Al menos no pensé que fuese uno.  Pensé tal vez, que necesitaba rededicar mi vida. 

Así que empecé orar al Señor, que por favor tuviera misericordia y me mostrara la verdad, tú sabes, cómo vivir para él. En esa época todo se vino abajo. La única cosa positiva era que el Señor me había quitado el deseo de beber. Ya no bebía como alguna vez lo hice. Me quitó el deseo por todo tipo de drogas. Ya no me drograba. Ya ni siquiera fumaba marihuana, lo cual era realmente glorioso y veo ahora en perspectiva que eran la gracia de Dios y la misericordia de Dios las que me estaban dando esas cosas y él estaba haciendo mi mente sobria para que yo fuera capaz de procesar y creer sus verdades. 

Una vez él abrió mis ojos a Su verdad, empecé a meterme más profundo en la Escritura y me di cuenta de que tenía que alejarme de allí, de que no había forma que yo pudiera progresar en mi fe, mi fe en Cristo que estaba brotando, si me quedaba allí en ese ambiente. 

Así que volví de nuevo a Texas, donde mi hermana y mi mamá. Traté, traté de arrepentirme ante Dios, traté de gritar por misericordia y me di cuenta de que no era salvo y le supliqué que me salvara, pero tan sólo quería mantener un pecado, quería mantener mi homosexualidad.

 El fondo de mi mente me mantenía pensando, "Bueno... encontraré una forma de justificarlo, encontraré una forma de hacerlo parecer bien, encontraré una forma de hacerlo en secreto."  

Así que el Señor obviamente nunca me salvó y pasé desde Septiembre de 2008 hasta Diciembre de 2008 clamando a Dios que me salvara, oré para que me salvara y no me salvó. 

De hecho tengo un verso de la Escritura que... Él no me salvaría hasta que me haya arrepentido de todos mis pecados. Fui al funeral de mi primo en Amarillo, de donde soy. Su esposa había muerto y ella quería que en su funeral se predicara el Evangelio. La noche anterior había visto un sermón de Paul Washer llamado "El Mensaje Impactante para la Juventud" y en él Paul Washer dice que lo que importa no es si hayamos pecado, es que lo único que hemos hecho es pecar.  

Y me di cuenta de que eso era cierto en mi vida. 

Todo lo que había hecho era pecar. 

Nunca había hecho nada bueno. 

Puede haber sido agradable a veces, pero nunca, en verdad nunca había hecho nada más que pecar contra Dios. Toda mi vida había sido un pecado en contra de Dios. Y recuerdo que él dijo que Jesús murió por mis pecados y que él cargó con mis pecados en la cruz y que mis pecados fueron los que pusieron a Cristo en la cruz. Yo era responsable por Su muerte. El cargó mis pecados. Los pecados de David. En esa época realmente empecé a tener una imagen más clara de quién fue Cristo. Lo que fue la cruz y lo que él hizo en la cruz.

 Hasta ese momento nunca realmente había entendido lo que el verdadero arrepentimiento era, que era un alejamiento de tu pecado, que era más que tan sólo decir que lo sientes. Así que hasta ese momento todo lo que había estado haciendo era decir que lo sentía, y tratando de encontrar una forma de vivir mi estilo de vida. Pero ahora me doy cuenta que estaba sin esperanza. No había esperanza para mí sin Cristo, estaba condenado a quedarme en este estilo de vida, estaba condenado a vivir en pecado y entonces enfrentar la justicia, donde pertenezco, al infierno. 

Así que clame a Dios para que me salvara y fui al funeral de mi primo y me senté allí y el último deseo de su esposa era, uno de ellos era que se predicara el Evangelio.

Así que me senté en su funeral y escuché el Evangelio y las glorias de la cruz y lo que Cristo hizo.

Y tan solo esto se hundió en mi: en ese momento, yo podría ser el del ataúd y si fuese yo, justo en ese momento estaría yendo al infierno. Estaría yendo donde merecía ir porque todo lo que había hecho era pecar. Así que clame al Señor que me perdonara, que me diera tiempo de volver a casa y arrepentirme de cara al suelo, de la forma que él lo merecía.

 Más tarde esa noche, cuando todos se habían ido y estaba solo en mi habitación, me puse en el suelo y confesé cada pecado del que pudiese pensar. Confesé mi homosexualidad, confesé todos mis pecados en contra de Dios, todos en los que pude pensar, todos. Le pedí que los perdonara y que me ayudara. Le pedí que me perdonara por los pecados secretos, en los que ni siquiera podía pensar en ese momento, los que supe que eran pecados hacia él, que ni siquiera conocía. Le pedí que por favor me perdonara por cómo había vivido, que me perdonara por revelarme en contra de él.

Porque yo siempre había sabido que había un Dios y que había un Cristo pero nunca entendí lo que significaba estar en él. Lo que significaba ser redimido por él, lo que significaba amarlo, lo que significaba servirle, lo que significaba ser perdonado, lo que significaba ser regenerado. 

Así que esa noche oré y le rogué que por favor tuviera misericordia, que me perdonara, que me ayudara. Sabía cómo me iba a ayudar, de hecho pensaba que ni siquiera era posible. Para ser honesto, realmente no creía que él me pudiera ayudar. Nunca había oído de nadie que hubiese sido salvado de la homosexualidad. Nunca había oído de nadie con esperanza de ser redimido de ella. Así que solo oré, "Señor, voy a saltar a esta fe en Ti. Fe, con la que de algún modo, me salvarás, con la que me guardarás de pecar, con la que me harás capaz de resistir las tentaciones, resistir lo que venga." Me fui a la cama esa noche sin saber si era salvo o no, pero me levanté la mañana siguiente y sentí que las cosas eran diferentes. No sentí la culpa, la presión de la culpa, la presión de estar debajo de cierta clase de manto. La presión de la necesidad de tomar una decisión, que había sido... los tres meses anteriores habían sido sólo eso, habían sido presión y culpa y convicción. 

Ahora sé que fue convicción. Así que supe que algo era diferente dentro de mí pero todavía, una parte de mí no creía que yo pudiese ser salvado que la homosexualidad.

Todavía seguí y dudé del Señor. Pero entonces encontré aquí en la Escritura que dice:   
" Mi pecado te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones a Jehová; y tú perdonaste la maldad de mi pecado." Salmos 32:5

 Y recuerdo que pensé: finalmente, realmente me había arrepentido. Entendí lo que significa arrepentirse, no había mantenido nada escondido de él. Incluso a pesar de que nada estaba realmente escondido de él, no lo había intentado, lo había puesto todo afuera y por ello es que me sentí diferente ese día. Por eso es que me sentí diferente en los días siguientes, a causa de la convicción, la culpa se había ido. Él la había levantado porque me había salvado. Y cada día desde ese día en adelante sentí, realmente sentí deseos de que esas cosas se cayeran y ahora me paro y me maravillo, casi dos años después. 

Un año y medio después pienso, "¡Vaya! ¡Dios es muy bueno!" Aquí estaba yo. Yo no creía en él, tan sólo salté en la fe y aun así él hizo lo que dijo que haría. Que me tomaría, que quitaría esos deseos, que me haría una nueva criatura así como dice en su Palabra. Él me ha dado un nuevo corazón con nuevos deseos y le agradezco y me gozo en lo que ha hecho por mí y me maravillo de su bondad y su misericordia hacia mí, y de su tardanza para la ira y paciencia.

Me siento obligado a compartir esta Escritura. La he leído antes. Obviamente, cualquiera que sea homosexual y haya escuchado una predicación o haya leído la Biblia, ha descubierto este verso antes pero había una parte de él que nunca antes había notado. Es 1ª de Corintios 6, versos 9 al 10. Dice: "¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios."

  Yo conocía esa parte pero el verso 11 nunca lo había conocido, nunca lo había leído antes y cuando lo leí, recuerdo gloriarme en la verdad de él. "Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios." Y me di cuenta de que eso era lo que me había pasado. Finalmente había sido justificado por Cristo y había sido hecho una nueva creación.

Había sido predestinado para ser uno de sus sirvientes, para servir a Dios. Así que ahora me gozo en que él me ha dado un corazón nuevo, ese nuevo deseo, el deseo de ir a servirle, de hacer su voluntad y vivir para él. A veces todavía soy tentado pero sé que no hay nada malo, no hay pecado en el ser tentado. Incluso Cristo fue tentado.

 Así que sé que puedo ir a Cristo en el tiempo de mi tentación, me conforta el saber eso. También me conforta 1a de Corintios 10:13, dice: "No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar." 

 Y encuentro eso cierto cada vez que descanso en la fuerza de Cristo para superar la tentación, él me ha ayudado. Cada vez y cada instancia, sin importar cuál era el pecado. Pero cada vez que intentaba lograrlo con mi propia fuerza, en mi propia fuerza, caía.

 No tengo miedo de lo que depara el futuro porque sé que he sido reconciliado con Dios a través de Jesucristo, su Hijo, quien sufrío y cargó la ira, la ira de Dios, por mí en la cruz. Yo sé que Jesucristo me ha salvado del poder del pecado y él también te puede salvar. Y mi esperanza es que cualquiera que vea este video se aleje ese estilo de vida, se aleje de su estilo de vida de pecado, cualquiera que sea y sea reconciliado con Cristo, sea reconciliado con Dios. Y es sólo a través de Cristo, a través de arrepentirte estos pecados y alejarse de ellos y depositar toda tu fe y esperanza en Cristo. Al igual que lo hice en ese momento en el que tan solo salté en fe a Cristo y él me atrapó y recuerdo pensar lo imposible que era, pero sin embargo lo hizo. 

Y me paro aquí como una nueva criatura en Cristo, sabiendo que él ha pagado todo por mí en la cruz y encuentro mi esperanza en él. Si no estás en Cristo, no tienes esperanza, no hay esperanza para ti. Así que oro que por favor consideres las verdades que has escuchado en este video. Por favor considera entregar tu vida Cristo. Rendirte a Cristo. Caer en la cruz y rendir todos tus pecados. No suprimas la verdad con injusticia como dice en Romanos 1. Todos hacemos esas cosas. Lo hice por muchos años aunque muy en el fondo sabía que estaba mal.

                Ser gay es un problema del corazón pecaminoso

Ahora mirando atrás, me doy cuenta de que estaba mal y esa es la repulsión que sentí alprincipio de ello. Así que oro que eso sea verdad para ti, que seas perdonado en Cristo. Cristo pagó, pagó mis pecados en la cruz. Mis pecados pasados, mis pecados presentes y los pecados que cometeré en el futuro. Sólo Cristo pudo haber hecho esa obra en la cruz. No podemos hacerlo por nosotros mismos. Puedes ser liberado de tu pecado, puedes ser verdaderamente salvo, puedes ser verdaderamente liberado de la esclavitud de cualquier pecado que te estéarrastrando hacia abajo. 

Bien sea homosexualidad, bebida, abuso de drogas, adulterio, pornografía, sea lo que sea, Cristo te puede liderar de todas esas cosas. Eso fue lo que hizo en la cruz. Romanos 4:25 dice que él fue entregado a muerte por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Asi es como nosotros somos justificados, a través de la obra de Cristo en la cruz. Cuando el Cielo mira hacia nosotros, cuando Dios el Creador mira hacia nosotros, él me ve a través de Cristo, a través de la sangre de Cristo. 

Él ve la justicia de Cristo impartida en mí. No es nada que yo haga o que haré. Es sólo Cristo el que me salva, es solo Cristo el que me puede dar esperanza, es solo Cristo quien puede traer gozo y felicidad verdaderos a mi vida y no lo digo en una forma monetaria. Lo digo en una forma que trae verdadera felicidad dentro de mí, el estar reconciliado con Dios, estar reconciliado con Cristo, ser un sirviente de él. Es solo a través de Cristo que sentí esa convicción y esa culpa pasó.

 Sin Cristo no hay esperanza. Si estás sin Cristo y no eres salvo, estás enfrentando la ira de Dios, sea por cualquier pecado, homosexualidad, bebida, alcohol, lo que sea. Si tu pecas una vez, lo cual todos lo hemos hecho, eres culpable de romper todas las leyes de Dios. 

Así que la única esperanza que tienes es en la obra de redención de Cristo en la cruz. Así que te pido que por favor clames a Cristo, clames a Dios, clames a él para que te abra los ojos a la verdad que puede ser encontrada en él, a sus verdades en su Palabra. Es solo a través de él. 

El dios de este mundo, que es Satanás, te tiene cegado de la verdad y es solo a través del llamado de Dios hacia ti, a través de Dios quitándote las bendas, que verás la verdad que es encontrada en su Palabra. La verdad que es encontrada en Cristo, la verdad que es encontrada en la cruz. Y si verdaderamente la estás buscando, clama a Cristo. Él es poderoso para salvar y él te salvará hoy. Jesús dice que debemos nacer de nuevo para poder entrar en el Reino de Dios. 

Si no somos nacidos de nuevo, nunca vamos a poder hacerlo, nunca vamos a verle, nunca vamos a estar libres de la esclavitud del pecado. Es solo a través de Cristo. Solo a través de esa regeneración, ese nuevo nacimiento, que podemos ser salvos. Quiero leer una frase de John Newton. Dice: "No soy lo que debería ser. No soy lo que quiero ser. No soy lo que espero ser en otro mundo. Pero aun así no soy lo que alguna vez solía ser y por la gracia de Dios soy lo que soy." Y lo que soy es un pecador inmerecedor, salvo de la ira de Dios por medio de Jesucristo en la cruz. Y le agradezco cada día por el sufrimiento en mi huida, en mi vuelta atrás. Y le agradezco cada día por llamarme incluso cuando no estaba oyendo. Incluso cuando estaba huyendo, todavía me gritó y le agradezco por mi salvación y le agradezco por Cristo y por lo que él hizo en la cruz. 

Y oro que algún día que todos ustedes que me escuchan que están luchando con cualquier pecado que sea que los separa de Dios, que clamen al Señor para que se arrepientan. Por arrepentimiento y perdón. Y que verdaderamente se arrepientan y vuelvan a Cristo. Si no eres salvo, necesitas examinar tu vida y ver que necesitas a Cristo, y que nunca serás feliz sin él.
     
         Arrepentiros y creer el evangelio y sereis salvos.




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