sábado, 12 de mayo de 2012

EL SEÑOR JESUCRISTO ES, NUESTRA REDENCIÓN Y EXPIACIÓN.


Jesucristo es nuestro redentor, el se dio así mismo para redimirnos de toda iniquidad y de la maldición de la ley,  pagando el precio de nuestro pecados, y saldando la deuda de nuestra iniquidad la cual era imposible que pudiésemos pagar por la debilidad de nuestra carne.

                                              
                                        
El significado de redimir es:

- libertar, rescatar, salvar; sacar de esclavitud mediante un precio.
- comprar de nuevo una cosa que se había vendido o poseído.
-poner termino a algún vejamen, o dolor, penuria, molestia mediante precio.
Nos redimió cuando estábamos bajo el yugo de faraón, esclavos del pecado.
El precio fue muy alto. Jesucristo redimió, pago el precio por todos los hombres de este mundo, para que fuesen libertados de sus esclavitudes y penurias.

El precio digo que fue muy elevado porque supuso la muerte del hijo de Dios, lo que mas apreciaba, lo dio por todos  nosotros, para redimirnos de toda condenación y maldición y hacernos herederos de Dios mediante la espiración de nuestros pecados a precio de sangre.

 Su sangre nos ha redimido, comprado de nuevo para ser de él, para ser hijos del creador.

El Señor es el Redentor y la propiciación de todos los pecados del Mundo
 Así que por gracias somos salvados, rescatados, comprados, libertados, por gracia gratuitamente por le agrado a Dios cargar el pecado y todo maldición es su hijo para reconciliar el mundo con el.

El justo por los injustos y pecadores, el perfecto y fiel, por los imperfectos e infieles, mostrando así  su bondad y su gran misericordia.


Por tanto estemos gozosos y contentos porque nuestro Dios nos ha comprado, ahora le pertenecemos, somos suyos, por lo tanto rindamos nuestras vidas al creador para que por su gracia soberana siga transformándonos, y limpiándonos de toda iniquidad.

Todo ha sido consumado, esclamo el Señor Jesucristo, en los últimos momentos previos a su muerte, todo ha sido consumado, cumplido. 

La ley y sus preceptos han sido cumplidos, la justicia de Dios ha sido satisfecha descargando toda su ira y la condenación los pecados del mundo sobre su amado hijo.

Ahora ya hemos sido libertados y el pecado ya no se enseñoreara de nosotros porque no estamos bajo el yugo de la ley sino bajo la gracia. 

El es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo.

    ¡Bienaventurados todos los que confían en él, porque no serán avergonzados!.














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